“Si los mercados financieros son globales, su regulación debe ser también global”. Este pensamiento parece tener una lógica interna irrebatible. La regulación de una realidad, cualquiera que sea su naturaleza, debe situarse en el mismo nivel espacial en que esa realidad opera. Hasta los padres de la Iglesia católica, en un reciente documento,  comparten  esa visión. Por lo tanto, parece existir un argumento irrebatible a favor de una gobernanza financiera global; es decir, a favor de la creación de superreguladores de las finanzas internacionales.

¿Qué razones se pueden oponer a ese enfoque y propuesta? En primer lugar, que su núcleo argumental y analítico se apoya en muchos mitos sobre las ventajas de la libre movilidad del capital y las posibilidades de una regulación prudencial global. Mitos en que en muchos casos vienen del hecho de que sus proponentes se han apropiado y trastocado la idea y la ideología del libre comercio y sus beneficios. En segundo lugar, que la realidad que nos deja ver el paisaje después de la crisis financiera de 2008 no apoya ni la deseabilidad ni la posibilidad de esa gobernanza financiera global.

En esta conferencia analizaremos los factores –tecnológicos, económicos e intelectuales- que han facilitado y movido la globalización financiera en las últimas tres décadas y discutiremos los resultados sus resultados. Analizaremos también los caminos que está siguiendo la reforma financiera. Por ultimo, analizaremos los retos que la continuidad de la globalización financiera plantea a la democracia y a las políticas de cohesión de los Estados nacionales.

Conferencia Costas