• La alineación de las Metas 2021 con la Agenda Mundial de Desarrollo Sostenible 2030.

• La importancia de la educación en la primera infancia como etapa decisiva del futuro de todos los niños y niñas.

• El desarrollo de competencias y habilidades del siglo XXI, sustancial para el aprendizaje a lo largo de la vida y para la empleabilidad en un futuro incierto.

• La mejora de la gobernanza de la educación a través del fomento de la participación, innovación y formación de administradores y directivos. Con ese objetivo, la OEI está poniendo ya en marcha una escuela iberoamericana de gobierno educativo, una cátedra de investigación sobre economía y educación y un foro iberoamericano sobre educación y sociedad.

• El impulso del Programa iberoamericano sobre formación en democracia y ciudadanía para la garantía de los derechos humanos que cuenta con programas sobre los derechos humanos y democracia, cultura de la legalidad y buen gobierno, educación para la igualdad y diversidad y sobre formación en ciudadanía.

• El lanzamiento del Programa iberoamericano para la difusión de la lengua portuguesa, donde se desarrollará una red de escuelas de frontera bilingües luso e hispanoparlantes, entre otras acciones.

• La mejora de la compatibilidad de los sistemas universitarios a través del Programa de educación superior, que apuesta por las dobles titulaciones, los indicadores regionales y la movilidad de estudiantes con el fin de crear conocimiento y desarrollar la investigación.

• La creación de indicadores regionales en el ámbito científico, el apoyo a las relaciones entre la universidad y la empresa y el fomento de la divulgación de la cultura científica.

• El desarrollo de la Carta Cultural Iberoamericana como instrumento jurídico que promueve la autoría y la defensa de derechos de propiedad intelectual y la puesta en valor de la contribución de la cultura a la economía y al empleo, la llamada "economía naranja".

La OEI está totalmente alineada con el ODS 17 y la necesidad de un multilateralismo renovado e inclusivo. En este sentido, su principal valor añadido se basa en:

(1) su naturaleza transregional. En el propio seno de la OEI se propicia un diálogo de naturaleza transregional Eur-ALC, ya que como organismo iberoamericano aglutina países de América Latina y de Europa (concretamente, a todos los países iberoamericanos que conforman la comunidad de naciones y que comparten un acervo cultural y sobre todo idiomático común, más allá de su valiosísima riqueza y diversidad cultural).

(2) Además, la OEI posee un formato propio que permite una verdadera coordinación y diálogo entre pares entre todos los países que forman parte de la OEI. Esta estructura se contrapone a otras propias de la cooperación más tradicional de los países de Europa hacia América Latina.

En este sentido, de las estructuras y el funcionamiento de la OEI destaca su Asamblea General, integrada por Representantes o Delegaciones oficiales del máximo nivel de los Estados miembros; y el Consejo Directivo, el órgano delegado de la Asamblea General integrado por los Ministros de Educación de los Estados miembros. Su principal misión es la de aprobar el Plan de Actividades de la Organización, el Programa y Presupuesto bienal.

La representación de estos ministros y su determinación de las prioridades iberoamericanas convierten a este esquema en una cooperación verdaderamente basada en la demanda soberana y una acción transregional en los ámbitos de educación, ciencia y cultura totalmente alineada con los planes nacionales y con la plena implicación de las instituciones nacionales en su desarrollo. 

Con el fin de lograr una sólida coordinación mundial, la UNESCO en 2015 y tal y como aparece reflejado en la Declaración de Incheón creó el Comité de Dirección del ODS4-Educación 2030 (CD del ODS4-Educación 2030), conformado por múltiples partes interesadas, enmarcado dentro de la amplia estructura de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

La designación de la OEI como representante regional de América Latina y el Caribe en el Comité de Dirección Global del ODS 4, ofreció un espacio privilegiado de influencia, de diálogo y de articulación con el resto de los actores globales que se desarrolló en todo su potencial.